...Y escuche esa canción....
Recuerdo que estaba con los amigos, como siempre desentonando y a la vez entonando hacia un estado un poco más etílico. Pusieron la música, y como te dije hoy, yo la siento de verdad. Dejo que las notas entren y se bañen en mi sangre descendiendo por riachuelos hacia mi corazón, erizando cada tramo de mi piel y abriendo la puerta de mis sentimientos. Yo, me deje llevar por una de esas canciones que tocaban, no se que emisora, pero lo que si se es que salí corriendo a verte al escuchar esa canción dejando como adiós un portazo lleno de impaciencia por ti. Corrí y corrí, te llame cuantiosas veces suplicando que bajaras hasta que lo conseguí, no podía más y yo cual relámpago a tu portal llegué y te esperé. Ya estabas bajando las escaleras de tu portal y te abrace fuerte. Me apartaste, al parecer tenias prisa y yo con el corazón abierto estaba dispuesto a enredarte con toda mi fuerza. Andabas dos paso por delante de mi, y yo detrás, borracho y humillado, pensando que te amo. Pero te fuiste tenias prisa, y lo peor te fuiste resignada e impotente, tenias que recoger los libros. Me desvanecí cual castillo de cartas que se lleva el viento, cual castillo de arena que la orilla, inocente, se traga. Si solo pudiese volver a ese momento y borrarlo de mi vida. Por suerte todo salió bien pero es que hoy por casualidad, he vuelto a escuchar esa canción y no pude evitar que se me desgarrará el corazón y recordé lo mucho que te ame en tantos momentos y lo mucho que del mismo modo te amo actualmente.
La luz del flexo, artificial, me señala como si me estuviesen entrevistando, esperando a que hable y lo que hago es teclear, hablo con la escritura y siento que ... siento mucho ... te siento mucho dentro de mi, ¿por qué?. A veces es que simplemente mi vida no seria de la misma forma sin ti. Veo incertidumbre, pero a la vez te veo a ti que me mantienes a flote, mar de mi vida..., das argumentos de realidad a Tales de Mileto y es que provienes del agua, y es que.... me das VIDA.