Volcando mis delirios en un papel, pidiendo de vuelta el amanecer en el que tu eres el sol y yo el deslumbrado. Sintiendo el marchitar de las flores y la sombra de la mas absoluta tiniebla. Vislumbrado mi camino con alocados golpes al viento, pero no me topo con nada. Un corazón desolado separado por temporales kilómetros de distancia. Tú alimentándote de juventud, de risas inocentes que no temen al futuro, viviendo un jovial carpe diem. Yo, respirando humo sucio, rellenando noches con rostros distinto, pretendiendo conseguir un rápido paso del tiempo, pero ni aún así. Solo se que la luna, esa gran perla blanca nos mantiene unidos en su más plena visión, y se mantendrá así hasta que tu vuelvas, mi sol. Esa conexión que con un solo mirar puedo sentir que me deseas, que te deseo.