miércoles, 31 de agosto de 2016

Génesis 1:2

Probablemente haya pasado 1 semana desde  hace dos días pero para mi han sido como 80 años.

Volver ya es imposible he olvidado la vuelta y no se ve bien el camino sin la mano adecuada.

Si alguna vez hay luz las virutas de goma no me dejaran retroceder, mientras tanto pinto con un bolígrafo,  más lleno que yo pero que está a punto de acabarse, una línea hacia delante que me lleve a aquel  lugar del que conseguí huir y del que anhelo haber escapado.

Ya no queda tinta, solo un eco atrapado en mi cráneo de tu primera risa, y un goteo que no cesa de tu última lágrima.

Mientras ando miro atrás. Ya no veo pero no estoy ciego. Nunca la oscuridad me llamo tanto la atención hasta que comprendí quien tenía la última bombilla.

Aún puedo averiguar mis pies, ando descalzo. La oscuridad que piso es caliente pero el resto de mi cuerpo siente el frio de cuando sabes que va a nevar, pero no nieva. Tampoco llueve. No hay puestas de sol ni montañas titanicas. Si alguna vez lo hubo fue antes de que Dios lo creara. Por supuesto  Dios aun no ha existido, esta por llegar. No hay creación que observar. El día que Dios llegue llorará y ordenara los oceanos con sus lágrimas tras comprender que pudo crear todo menos a ti, igual que el compositor que escucha canciones de otros sabiendo que ninguna  de ellas, aunque le gustaría, son suyas. Entonces lloverá y quizá nieve.

Soy estúpido, gaste toda la tinta en esto y no parece que haya avanzado. Aún oigo el interruptor de como enciendes y apagas la luz tras la supuesta presa de virutas que nos separa. Quizá no haya andado tanto y sea todo dilatación temporal de un romántico,  tú romántico sin serlo. Quizá toda esta caliente oscuridad sea la sombra de tu bombilla encendida y que cuando apagas me acerca a ti.

"Entonces Dios dijo: ¡Hágase la luz!. Pero él no tenia la última bombilla. Y en mi hombro lloró sin saber que también era la primera."

lunes, 4 de enero de 2016

Barrido y sin escoba.

Yo no me voy. No me iré.
Afirmo la negación, es necesario. Yo solo sé que no puedo hacer nada más salvo recalcar esto. Por ahora no puedo y me encantaría pero..., parece que las bestias tienden a ser enjauladas. Yo soy bestia y jaula, no tengo redentor.

Ni siquiera se que hago aquí y mucho menos sé por qué logras enaltecer mi vida.

lunes, 24 de agosto de 2015

Hola.

Madrid me abriga en esta noche gélida y, sin embargo, el calor de mi huye aunque intente a él acercarme.

Madrid de indecisiones y aclaraciones sobre mi, sobre ti.

Madrid a ti te puedo gritar a los cuatro vientos e incluso a los cuatro caminos y, claro está. Tu me devuelves respuestas con agudos sonidos de camiones y estridentes sirenas de bombero, pero no es suficiente.

"Vuelve a mi" suplico.
"Alejate de mi" susurran las ventanas con su ajetreo.
"Vuelve a mi" vuelvo a suplicar y duplicar.

Madrid es frío hoy, pero más frío sería decirte que no te quiero.

sábado, 20 de diciembre de 2014

"0:37"

Escribiendo en el aire palabras que corren buscando su significado expuestas a la creciente relatividad de los receptores. Se producen confusiones. Siempre las hay pero tu forma de hacer que bailen al compás expresando tus sentimientos, realmente moldean mi cuerpo en forma de reverencia. Tus labios sueltan versos que acarician mi nuca y tu música me sujeta para evitar desmayarme de placer, pero acabo cediendo. Me desplomo y ahora solo me apetece permanecer así delirando, nadando entre el mármol y buceando hasta el infierno, buscando mayor temperatura para despuntar mi piel. No puede existir mayor deleite.

Se acaba la función y todos aplauden tu obra. Yo desaparezco sin dejar rastro de mi presencia, de mi gratitud por este tiempo. Te observo por ultima vez antes de irme con la puerta entre las manos, acaricio el áureo pomo atravesándote la mirada, transmitiéndote la caricia y cierro la puerta.

Me pregunto si habrán sentido lo mismo el resto de espectadores...


viernes, 7 de noviembre de 2014

' '

Volcando mis delirios en un papel, pidiendo de vuelta el amanecer en el que tu eres el sol y yo el deslumbrado. Sintiendo el marchitar de las flores y la sombra de la mas absoluta tiniebla. Vislumbrado mi camino con alocados golpes al viento, pero no me topo con nada. Un corazón desolado separado por temporales kilómetros de distancia. Tú alimentándote de juventud, de risas inocentes que no temen al futuro, viviendo un jovial carpe diem. Yo, respirando humo sucio, rellenando noches con rostros distinto, pretendiendo conseguir un rápido paso del tiempo, pero ni aún así. Solo se que la luna, esa gran perla blanca nos mantiene unidos en su más plena visión, y se mantendrá así hasta que tu vuelvas, mi sol. Esa conexión que con un solo mirar puedo sentir que me deseas, que te deseo.