Escribiendo en el aire palabras que corren buscando su significado expuestas a la creciente relatividad de los receptores. Se producen confusiones. Siempre las hay pero tu forma de hacer que bailen al compás expresando tus sentimientos, realmente moldean mi cuerpo en forma de reverencia. Tus labios sueltan versos que acarician mi nuca y tu música me sujeta para evitar desmayarme de placer, pero acabo cediendo. Me desplomo y ahora solo me apetece permanecer así delirando, nadando entre el mármol y buceando hasta el infierno, buscando mayor temperatura para despuntar mi piel. No puede existir mayor deleite.
Se acaba la función y todos aplauden tu obra. Yo desaparezco sin dejar rastro de mi presencia, de mi gratitud por este tiempo. Te observo por ultima vez antes de irme con la puerta entre las manos, acaricio el áureo pomo atravesándote la mirada, transmitiéndote la caricia y cierro la puerta.
Me pregunto si habrán sentido lo mismo el resto de espectadores...
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